Francisco Cajigas fue aprehendido por agentes de la Policía Nacional en 2015. Trece días después fue localizado sin vida en la ciudad de Ibarra. Su muerte aún no se esclarece, el caso se encuentra en investigación previa en la Dirección de Derechos Humanos y Participación Ciudadana de la Fiscalía General del Estado, en Quito.
Francisco Javier Cajigas Botina de 33 años fue desaparecido el 17 de noviembre de 2015, en la ciudad de Ibarra, norte del país. Trece días fue encontrado sin vida en las cercanías de la laguna de Yahuarcocha, de la misma ciudad.
Francisco nació en la vecina Colombia el 11 de junio de 1982. A sus 30 años decidió emigrar a Ecuador en busca de mejores días para los suyos. Se erradicó en la ciudad de Ibarra junto con su pareja e hija. Andrés Botina, hermano de Francisco, lo recuerda como un “…un hombre alegre, muy querido en su familia y entorno, por su empatía y personalidad, una gran persona”.
Un 16 de noviembre del 2015, Francisco salió junto a su pareja Angie Pinto a una reunión con amigos en uno de los centros nocturnos de la ciudad blanca. Angie decidió regresar antes a casa y Francisco se quedó a seguir compartiendo la noche con las amistades, sin saber que ese sería el último día que lo verían.
“Según testimonios de los vecinos, el 17 de noviembre de 2015, Francisco estaba en estado etílico y a varios metros de llegar a su casa cuando fue interceptado por tres policías (…) Lo acusaron de romper un espejo retrovisor de un vehículo” y lo detuvieron. Así lo recoge la investigación Liberalización de la violencia policial ¿Ejecuciones extrajudiciales en el Ecuador? 2014-2019 de Mayra Caiza e Ingrid García.
Angie sin noticias del paradero de su pareja presentó la denuncia en la Fiscalía de Ibarra por la desaparición de Francisco, la que desembocó en una investigación que develó los últimos momentos de Francisco bajo la custodia de cinco agentes de la fuerza pública, los cuales “…lo llevaron a la Unidad de Flagrancia, ahí la Fiscal encargada de Ibarra mencionó que no ameritaba la aprehensión de Francisco y, por lo tanto, dispuso su libertad. Tras ello, se conoce que los policías le preguntaron su dirección de domicilio, lo montaron a su vehículo y supuestamente lo dejaron afuera de la Discoteca Aqua, por la laguna de Yahuarcocha. Trece días después, el cuerpo de Francisco fue localizado sin vida en la pista Las Garzas de Yahuarcocha”, precisa la investigación.
El cuerpo de Francisco sellado en un empaque fue entregado a los familiares – que viajaron de Colombia – días después con indicaciones específicas de no abrir la envoltura. Según el médico legista, no se debía abrir por el impacto psicológico y riesgo bilógico que podría causar a los familiares. Esto solo sembró más dudas a la familia. No obstante, Francisco fue enterrado en su ciudad natal de Pasto – Colombia por sus seres queridos en medio de contradicciones y sin aclarar las razones de su muerte.
Cinco meses después, el 20 de mayo de 2016, el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) del equipo de Medicina Legal de Nariño exhumó la tumba de Francisco con el objetivo de realizar nuevas investigaciones que determinarán su causa de muerte. Ese día, la familia descubrió que el cuerpo de Francisco fue entregado y sepultado sin cabeza.
Para su familia, Francisco fue víctima de desaparición forzada y de ejecución extrajudicial, donde policías y médicos forenses serían los principales implicados, mismos que hasta el día de hoy, 17 de noviembre de 2021, han salido impunes dejando el caso abierto y sin justicia para los familiares.
Andrés Botina nos cuenta cómo fue este proceso donde se develó la manipulación indebida del cadáver por parte de los funcionarios ecuatorianos:
«…se practicó una diligencia de exhumación del cadáver solicitado por nuestros abogados y Fiscalía. Medicina Forense de Colombia y autoridades de Ecuador procedieron a dicha exhumación, hecho que nos revictimiza, pero afianzó aún más la desconfianza. Demostró que sin duda habían manipulado evidencias y pruebas de lo sucedido con Francisco, pues Medicina Forense de Ecuador había manipulado y alterado evidencias del cuerpo sin vida de nuestro familiar, entregando su cuerpo incompleto con el fin de dilatar y encubrir a sus asesinos”.
Con estos hallazgos, la familia de Francisco emprendió acciones legales contra tres especialistas forenses participantes en la autopsia y el embalaje del cuerpo. En el juicio se pudo apreciar la comparecencia de diferentes funcionarios del Centro de Investigaciones de Ciencias Forenses de Esmeraldas, incluyendo especialistas externos.
Las versiones de los funcionarios señalaron que el cuerpo de Francisco se encontraba completo al momento de ingresar al Centro y que la cabeza fue separada en la autopsia para estudiar la fractura que presentaba el cráneo. Pero, los peritos aseguraron que no hubo necesidad de tal procedimiento y además cuestionaron la limpieza química a la que fue sometido el cráneo, así lo registra la investigación Liberalización de la violencia policial ¿Ejecuciones extrajudiciales en el Ecuador? 2014-2019
El 7 de noviembre de 2018, el Tribunal de Garantías Penales de Esmeraldas pese a las evidencias y argumentos planteados ratificó la inocencia de los tres funcionarios públicos acusados de alteración de evidencias. El caso fue apelado.
Mientras tanto, la desaparición y muerte de Francisco se encuentra en investigación previa por el presunto delito de desaparición forzada. Desde agosto de 2020, el caso se indaga en la Dirección de Derechos Humanos y Participación Ciudadana de la Fiscalía General del Estado, en la ciudad de Quito.
“…Lo último que hemos recibido de información fue un informe de impulso fiscal del 06 de septiembre del presente año; pero el proceso sigue lento con inconvenientes, dilataciones y falta de gestión por entidades competentes. De esa manera seguimos expectantes de estos procesos que se están llevando a cabo, es una larga espera para que ojalá algún día se termine y haya justicia por nuestro familiar”, explica Andrés Botina.

Andrés Botina, hermano de Francisco Cajigas, junto a Angie Pinto y Esmeraldas Enriquez, antes de ingresar a una reunión con la Dirección de Derechos Humanos de la Fiscalía General del Estado. Foto: archivo Asfadec
El delito de desaparición forzada y la ejecución extrajudicial constan como graves violaciones a los derechos humanos en la Constitución e instrumentos internacionales. Pese a esto, el caso de Francisco Cajigas nos muestra cómo las instituciones estatales no actúan de forma diligente y dejan en la impunidad una desaparición y un presunto homicidio cometido supuestamente por cinco policías en complicidad con tres médicos forenses. En palabras de su hermano esto significa “…una verdadera amenaza y peligro para una sociedad a la que supuestamente deben cuidar y proteger, pero todo lo contrario estos cinco agentes del Estado que desaparecieron y asesinaron a nuestro familiar, están libres y tranquilos”.
Foto principal: Familiares de Francisco Cajigas protestan por la falta de justicia en la muerte de su ser querido. Foto: archivo familiar