El sueño de estudiar en la universidad y encontrar respuestas para su enfermedad obligó a Luzmila Ramírez a dejar su casa y viajar a Machala. Pero sus sueños se truncaron, desapareció el 10 de octubre de 2016. Hoy, 10 de octubre de 2021, se cumplen cinco años sin Luzmila.
La educación superior es una aspiración de varios jóvenes al terminar el colegio, algunos tienen que desplazarse de su provincia natal a otras ciudades para asistir a su carrera tan anhelada. Esta es la historia de Luzmila Ramírez, de 18 años, quien viajó desde Quevedo a la Universidad Técnica Estatal de Machala con el objetivo de inscribirse en la Facultad de Medicina.
Luzmila nació un 5 de abril de 1998 con una condición médica congénita, que amenazaba con dejarla ciega a largo plazo. A pesar de asistir con varios especialistas jamás tuvo una respuesta clara acerca de la razón de su condición, lo que motivó a Luzmila a informarse sobre su padecimiento y autoeducarse.
Alexandra Cevallos, hermana de Luzmila, cita la tenacidad de su hermana menor al encarar los diagnósticos médicos. “… Tiene que haber un tratamiento, yo tengo que encontrar la cura, tengo que estudiar para encontrar respuestas a mi discapacidad”, decía Luzmila.
Un sueño truncado
En 2016 para acceder a la educación superior pública se rendía el Examen Nacional para la Educación Superior (ENES). Luzmila dio la prueba, alcanzando así 826 puntos de 1000 con lo cual ingresó a la Universidad Técnica de Machala y fue exonerada del curso de nivelación.
Feliz con su resultado Luzmila salió de su hogar en Quevedo el 2 de octubre de 2016 con dirección a casa de un familiar en Huaquillas, ubicado a ocho horas de viaje para continuar con los trámites universitarios.
Luzmila en esos días mantenía contacto con su familia a través de llamadas telefónicas periódicas contando sobre el papeleo necesario para convalidar la exoneración del curso de nivelación y las cotidianidades familiares.
El lunes 10 de octubre de 2016 como de costumbre, Alexandra la llamó para conversar sobre los planes del día. Luzmila le contó las diligencias que tenía que realizar en la universidad, la necesidad de una recarga de saldo y las intenciones de hacer una videollamada por la noche con su sobrino de 7 años.
Al medio día, Alexandra volvió a llamar a Luzmila para comprobar la recarga acordada, pero su celular sonaba apagado. A lo largo del día, la familia buscó comunicarse con Luzmila sin éxito.
Fue a las 11:50pm de ese lunes cuando recibieron la llamada de un familiar donde se alojaba Luzmila, para comunicar que Luzmila no había retornado a casa de la universidad.
Luzmila desapareció el 10 de octubre de 2016 en el trayecto de Huaquillas a la Universidad Técnica Estatal de Machala.
«Yo ya trabajé en Quevedo conozco a las chicas como son allá»
Sus familiares se acercaron inmediatamente a la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro de la Policía Nacional (Dinased) de Quevedo para presentar la denuncia. Pero los agentes policiales no la receptaron porque se la debía colocar en el lugar de la desaparición.
Esa misma noche, la familia viajó ocho horas hasta Machala para iniciar con la búsqueda, pero en vez de juntar esfuerzos con los operadores de justicia y desquitar el tiempo perdido, encontraron solo cuestionamientos de la desaparición de su hija basados en estereotipos de género.
«La Policía piensa que mi hermana se ha ido por su propia voluntad. El señor policía que lleva el caso me dijo: “mija yo ya trabajé en Quevedo conozco a las chicas como son allá, se esconden o se van con sus novios”, dice Alexandra Suárez, hermana de Luzmila.

De derecha a izquierda. Alexandra junto a su hermana Luzmila. Foto: cortesía de la familia.
La Policía redujo la hipótesis de investigación de una persona que lleva desaparecida menos de 48 horas a su género. Esto significó la pérdida de pistas valiosas como videos de seguridad o posibles testigos, lo que evidencia la falta de profesionalidad de los agentes investigadores, quienes se presentaron ante los familiares sin previa inducción, experiencia, formación y empatía con el dolor que conllevan las familias en la búsqueda de sus seres queridos.
Sin avances en la investigación
Alexandra lleva cinco años buscando a su hermana, tolerando este tipo de trabajo investigativo con nulas respuestas o resultado alguno. Ella a más del peso que carga emocionalmente por la ausencia de Luzmila tenía que viajar 16 horas de ida y vuelta en repetidas ocasiones para gestionar las diligencias en la Dinased y Fiscalía.
“Verá, a los fiscales siempre se cambian, los que entran o están de turno hacen la misma interrogante (…) Comienza siempre desde la posible desaparición voluntaria, entonces para mí ellos nunca nos creen y eso pasa en todos los casos a no ser que vean un cadáver”, explica Alexandra.
La última diligencia en la investigación del caso fue que la Fiscalía se contactó con la familia para acusarlos de haber usado la cédula de identidad de Luzmila para cobrar un bono de discapacidad. Ella asegura que no sabía que ese bono se había activado.
El llamado de la Fiscalía causó indignación en los familiares porque la llamada representó una esperanza en la investigación, pero fue todo contrario. La línea de investigación seguía re victimizando a Luzmila y ahora a la familia al plantear tal posibilidad.
Esta pista fue presentada ante la familia parcialmente, la Fiscalía no informó en qué ciudad, institución bancaria fue realizado el retiro, ni el monto, ni la hora, ni el video de seguridad para identificar a la persona que usó la identidad de Luzmila. Esto solo provocó más incertidumbre a los familiares y sembró más preguntas sobre el paradero de su hija, hermana, sobrina y amiga.
Luzmila existe
Alexandra tiene las intenciones de estudiar Derecho para continuar con la búsqueda de su hermana y luchar contra la impunidad que abandera la justicia en este país en los casos de desaparición.
“La justicia para Alexandra Cevallos, hermana de Luzmila Ramírez, no existe (…). A nosotros nadie nos llama, ni el policía investigador de Dinased, ni el fiscal que lleva el caso. Las únicas personas que se acuerdan de que existe Luzmila es la prensa (…) – dice Alexandra. Luzmila existe en redes sociales y en cada entrevista que doy. Existe en mi cuenta de Whatsapp. Para nosotros existe Luzmila, pero para el Estado y para la justicia no existe Luzmila”.
Foto principal: Alexandra Suárez viajó a Quito para participar en el plantón por las personas desaparecidas el día de la posesión de presidente Guillermo Lasso, 24 de mayo de 2021. Foto: archivo/Asfadec