Álvaro Nazareno desapareció hace 11 años dentro de las instalaciones del Hospital Eugenio Espejo de Quito. Él tuvo una recaída de salud producto de la enfermedad catastrófica que padecía. Sin embargo, el personal médico lo internó en emergencias al segundo día de la petición de su madre. Maribel fue al laboratorio a dejar unas muestras, cuando regresó a los 10 minutos su hijo ya no estaba, desapareció.
Atención médica negligente
El 14 de marzo del 2011, Álvaro Nazareno Olivero estaba sentado en una silla del área de emergencias del hospital público Eugenio Espejo con un suero colocado en su brazo. Esta sería la última imagen que tiene su madre Maribel Angulo de su hijo de 27 años.
Un día antes de su desaparición, el 13 de marzo, Álvaro se descompensó gravemente con un cuadro agudo de fiebre, diarrea y deshidratación. Por esto su abuela Luzmila lo traslado desde su residencia en Esmeraldas hasta el hospital en Quito en donde se encontraba el doctor que trataba su caso de VIH positivo.
El 13 de marzo, Maribel llevó a Álvaro a la casa de salud y el personal médico resolvió que debían recetar paracetamol y pidieron a la familia de Álvaro que retorné a su hogar. La mañana siguiente, su madre regresó nuevamente al hospital con Álvaro casi inmóvil. Él ya no podía sostenerse por si solo.
Gracias a un pedido solicitado por su médico tratante para que sea internado en emergencia, Álvaro logró ser ingresado en esa área, a las 11:03, del 14 de marzo del 2011. Su madre tiene la acta de admisión como parte de las demás evidencias presentadas ante la Fiscalía General del Estado que investiga el caso.
Instantes de desaparición
Cuando Álvaro fue internado en el área de emergencias del hospital, a falta de camillas, las enfermeras lo sentaron en una silla y le pusieron un suero. La enfermera tomó una muestra de sangre y le pidió a Maribel que fuese al laboratorio para que sean examinadas.
Maribel no quería dejar a su hijo solo porque él no tenía fuerzas ni para mantenerse erguido, pidió al personal médico que deje entrar a su otro hijo Miguel para que lo cuide. Pero su pedido fue negado.
Durante todo el tiempo que estuvimos en el hospital me dijeron que debía siempre estar solo un familiar por paciente; por lo tanto, mi madre Luzmila y mi hijo Miguel estaban esperando en la puerta del área de emergencias del Eugenio Espejo. Cuando me dijeron que vaya al laboratorio a dejar las muestras de sangre, lo más lógico era que ingrese mi hijo a que cuide de Álvaro. Le dije en repetidas ocasiones esto a la enfermera, pero me respondían de forma déspota y abusiva que si mi hijo ingresaba lo harían sacar con el guardia. Yo no me quería mover del lado de Álvaro porque no había quién cuide de él. La enfermera del siguiente turno prácticamente me obligó a ir a dejar las muestras. Álvaro se quedo bajo el cuidado de ella».
Maribel Angulo, madre de Álvaro Nazareno
El laboratorio estaba en el segundo piso y ese día no había muchas personas en la fila, recuerda Maribel. No se demoró entre 10 a 15 minutos en retornar. Cuando estaba bajando por las gradas, las enfermeras empezaron a gritar que en dónde estaba Álvaro cuestionándole a su madre.
Cómo iba a saber yo en donde estaba Álvaro, si la enfermera se quedó con él. No permitieron que ingrese ni mi hijo, ni mi madre a cuidarlo mientras yo no estaba. Empecé a buscarlo por todos los cubículos del área, le pregunté al guardia de seguridad si lo había visto salir por la puerta principal y me dijo que no había salido, el guardia si lo reconocía porque el día anterior también estuvimos intentando que atendieran a Álvaro y el conversó varias veces conmigo».
Maribel Angulo, madre de Álvaro Nazareno
El resto del día y la noche del 14 de marzo de ese año, Maribel junto con su familia buscaron a Álvaro en todos los alrededores del hospital e inclusive lo llamaron por el alto parlante sin respuesta alguna.
Diez años después se allanó el Hospital Eugenio Espejo
Al día siguiente, Maribel fue a la Fiscalía General del Estado a presentar la denuncia por desaparición, pero en el año 2011 la desaparición involuntaria no era tipificada como un delito, entonces la denuncia sería receptada como una actuación administrativa y peor aún había que esperar 48 horas de la desaparición para que sea receptada. La denuncia fue ingresada el jueves 17 de marzo del 2011.
En octubre del año 2018, el Centro de Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador presentó un habeas corpus, una garantía constitucional que tiene como fin recuperar la libertad de quien se encuentre privado de ella de forma ilegal, arbitraria o ilegítima por orden de autoridad pública o de cualquier
persona, así como proteger la vida y la integridad física de las personas privadas de libertad.
Esta garantía constitucional fue negada por el juez que llevó la audiencia, pero debido a que Álvaro desapareció bajo custodia de funcionarios públicos, el magistrado admitió indicios de desaparición forzada en el caso de Álvaro Nazareno visto por última vez en el Hospital Eugenio Espejo. Dispuso que se remita el expediente para estudio de la Fiscalía General del Estado.
El caso de Álvaro Nazareno ha sido investigado por ocho fiscales, pese a que los familiares de personas desaparecidas han denunciado que la rotación constante de agentes del caso paralizan y vuelven a cero la investigación.
Durante los primeros siete fiscales, el caso constó con 50 cuerpos en el expediente fiscal, es decir 5000 hojas de diligencias, que a criterio de Maribel no se han realizado de forma inmediata y célere.
Desde el año 2019, Claudia Romero es la nueva fiscal del caso y ha obtenido cerca de 200 elementos de investigación. Una de sus primeras acciones fue allanar el Antiguo Hospital Eugenio Espejo para determinar si las instalaciones patrimoniales cumplen las condiciones para ser intervenidas en búsqueda de restos óseos de Álvaro. Esta diligencia se realizó diez años después de la desaparición de mi hijo, dice Maribel.
Ella asegura que ante la falta de respuestas por la justicia ecuatoriana acudirán a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para demandar al Estado por la desaparición de su hijo.

Maribel Angulo, madre de Álvaro, en su restaurante.
334 personas han desaparecido en instituciones de salud
Maribel Angulo señala que, según información de Fiscalía, entre 1973 y 2020 se registraron 334 reportes de personas desaparecidas en entidades de salud del Ecuador. «Existen 144 personas desaparecidas en hospitales, 104 en centros y sub centros de salud, 60 en clínicas; 11 en farmacias; 7 en dispensarios médicos; 4 en laboratorios clínico y 4 en puestos de salud».
Quito tiene el mayor índice de desapariciones en dependencias estatales de salud con 98 reportes. Seguido de Guayaquil con 62 y en el resto de provincias se registran 12 desapariciones. En Ecuador, el artículo 84 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) sanciona con hasta 26 años al “agente estatal” que prive de la libertad a otra persona o no informe sobre su paradero

Maribel Angulo, madre de Álvaro Nazareno en la Marcha Internacional de la Mujer 8 marzo 2022

Maribel Angulo, miembro de la Asociación de Familiares y Amigos de Personas desaparecidas Ecuador.