17thSep

Antiguo Hospital Eugenio Espejo podrá ser analizado por la desaparición de Álvaro Nazareno

Fiscalía realizó hoy, 17 de septiembre de 2021, la constatación de las instalaciones del antiguo Hospital Eugenio Espejo, en la ciudad de Quito.

La mañana de este viernes 17 de septiembre de 2021, desde las 09:00, Maribel Angulo esperaba la llegada de la fiscal del caso de su hijo, Álvaro Nazareno desaparecido el 14 de marzo de 2011 en el interior del Hospital Eugenio Espejo.

Pasada las 09:30, la fiscal del caso Claudia Romero llegó a los exteriores del Hospital para iniciar la diligencia en los pabellones del antiguo Hospital Eugenio Espejo. Ahí se prevé realizar excavaciones o escaneos de lugar que permitan la búsqueda de restos óseos de Nazareno. Sin embargo, al ser instalaciones que son parte del patrimonio cultural necesitan tener autorizaciones de las autoridades competentes.

Representantes del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural junto a  personal de la Fiscalía,  Policía Nacional, del Ministerio de Cultura, del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses; Maribel Angulo y su defensa jurídica recorrieron esta mañana los pabellones.

Esto con el objetivo de recoger insumos que les permitan elaborar un informe técnico que determine sí los pabellones cumplen o no con las condiciones técnicas para ser intervenidas y de ser así, si éstos sufrirían o no afectación en las futuras búsquedas de Álvaro Nazareno. Este informe técnico se espera que se emita en las próximas semanas.

Esta no es la primera vez que se realiza una valoración de espacio, explica Pablo Bermúdez, psicólogo del Centro de Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, quien asegura que durante los últimos años se han realizado diligencias similares en otros lugares, pero que no se han concretado hasta la fecha.

“Es terrible para la familia esto – dice Bermúdez que acompañó esta mañana a Maribel- porque es profundamente horroroso tener que volver a este lugar. De enfrentarse nuevamente a la incertidumbre y de que se haga un trámite; pero que no exista un resultado, diez años de lo mismo”, sostuvo.

Con este criterio coincide Lidia Rueda, presidenta de la Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador (Asfadec); y David Cárdenas, psicólogo de Inredh, que califican que la demora en las diligencias genera una afectación psicológica a la familia.

Su argumento se basa en que Maribel durante estos años realizó varios intentos por  comunicarse con la dirigencia del Hospital para realizar la búsqueda de su hijo, pero no obtuvo respuesta. Por esa razón, ella asegura que si se le hubiera escuchado los primeros días de la desaparición, ella podría haber encontrado a su hijo. Para Cárdenas esta incertidumbre de no saber el paradero de Álvaro genera una angustia y agobio. “Es un vacío permanente, una persona desaparecida deja un vacío en la familia”, enfatiza.

Maribel no pudo ingresar al subsuelo porque al volver al lugar  revivieron  sus emociones del día en que fue desaparecido Álvaro, dijo Lidia Rueda. En este recorrido, el gerente del Hospital Eugenio Espejo tomó contacto con Maribel y se puso a su disposición. Rueda comenta que  este accionar es positivo para el caso, pero tanto Maribel como Rueda dicen: «que les hubiera gustado que el gerente este presente hace 10 años y medio. Si esto se hubiera hecho a tiempo no estuviera llorando por mi hijo”.

Rueda explica que para los familiares de personas desaparecidas es duro buscar los restos óseos de sus seres queridos, ya que siempre hay la esperanza de encontrarlos vivos.  Pero asegura que tras participar en la Caravana de Personas Desaparecidas en México con Maribel conoció otra realidad. “Antes decíamos: ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos! Ahora los queremos con nosotros vivos o muertos, queremos la verdad”.

Álvaro Nazareno desapareció cuando se encontraba internado en el Hospital Eugenio Espejo, norte de Quito. Ese día, Maribel ingresó a su hijo de 27 años al hospital, porque su cuadro clínico de VIH positivo se agravó.

Recuerda que lo ingresó en la mañana, pero no había camas y lo sentaron en una silla con un suero. Luego le tomaron una muestra de sangre y la enfermera pidió a Maribel que vaya a dejar la muestra al laboratorio. “Fueron de 10 a 15 minutos lo que me demoré”, dice Maribel. Cuando volvió, su hijo ya no estaba; la enfermera desconocía su paradero.

Desde ese día, Maribel busca a su hijo en varias provincias del país, aunque asegura que en su corazón siente que su hijo no salió del hospital.

Contacto de prensa:

Lidia Rueda, presidenta de Asfadec: 0995601228

Comunicación Asfadec: 0992872742

 

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