23rdJun

Dos años sin escuchar la risa de Byron Amagua

Byron Paúl Amagua Toapanta nació en Quito en 1994, actualmente tendría 27 años. Su niñez y parte de su juventud pasó junto a su familia , amable y cariñosa. Él trabajaba como albañil y jardinero en varios lugares del norte de Quito, de esa forma aportaba económicamente a su hogar. El joven vivía en el barrio San Enrique de Velasco, al norte de la ciudad, junto a su esposa e hija.

El domingo 23 de junio del 2016, Byron se encaminó al parque de Cotocollao, norte de Quito,  a disfrutar de las fiestas del Inti Raymi que se organizaban en el sector. Vestía un pantalón jean azul, camiseta negra y chompa negra con rayas blancas. Horas más tarde, cerca de las siete de la noche el joven se encontró con su padre, Víctor Amagua, luego de asistir a un local y hablar sobre cuestiones de trabajo se despidieron, él fue el último familiar que lo vio.

Byron Amagua mide 167cm , es de contextura delgada, tiene ojos color café, cabello color negro, tez trigueña y tiene un lunar cerca del labio superior. Además, tiene un tatuaje en el brazo derecho con su nombre. Foto: Archivo Familiar

La familia de Byron, al conocer que no había asistido el día lunes al trabajo y después de la llamada de un familiar cercano, quien les mencionó que no lo había visto hace dos días; se movilizaron por diferentes lugares para buscarlo. Su hermana mayor, Mayra Alexandra Amagua, publicó en su cuenta de Facebook una fotografía de Byron señalando que estaba desaparecido.

El día jueves 27 de junio, los padres de Byron se acercaron a la Dirección Nacional de Investigación de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Secuestro y Extorsión (Dinased) a presentar  la denuncia. El mismo día, la Fiscalía asignó un agente investigador para el caso, pero, el afiche de la desaparición, el cual es elaborado por el Ministerio de Gobierno, se publicó un mes después. Desde el momento que se receptó la denuncia, los padres y la hermana de Byron han luchado diariamente por encontrar pruebas o indicios que les permita conocer dónde se encuentra su ser querido.

Hasta el 18 de junio de 2021, han pasado tres fiscales y un agente investigador por el caso de Byron Amagua, sin embargo, no han logrado obtener ningún dato certero respecto a su paradero.  Mayra menciona que, al día de hoy, no tienen agente y continúan esperando que se les designe otro, pero no han recibido respuestas por parte de las autoridades competentes.

Una de las principales hipótesis que manejaba el agente investigador, basada en la información entregada por los familiares, fue que los responsables de la desaparición de Byron eran personas que se dedicaban al expendio de drogas en el sector de Cotocollao, pero no se constató que fuera así, pues la principal persona implicada huyó. Según varias versiones, aquella noche Byron se encontraba en una casa del sector, y es por ello, que se menciona que la última persona que lo vio fue una señora, quien era conocida para el joven.

Los familiares recalcan que lo poco que se ha avanzado en la investigación no es gracias a las autoridades sino a sus esfuerzos. “Solo llamaban para decir que ya hay otro fiscal y nada más. No hacen nada. Además, el agente fue negligente porque hay una persona clave en la investigación, que sabe que le hicieron a mi hijo o dónde está y la dejaron escapar” menciona María Toapanta, madre de Byron.

María también relata que durante este tiempo se han realizado dos búsquedas basadas en la hipótesis de que el cuerpo de Byron se encontraba en la quebrada de la iglesia de San Enrique de Velasco, al norte de Quito, no obstante, continúan sin recibir información clara sobre aquellas diligencias. Estos barridos se llevaron a cabo porque, nuevamente, los mismos familiares brindaron información proveniente de Latacunga sobre el supuesto paradero de Byron.

Byron junto a su madre María Toapanta semanas antes de su desaparición. Foto: Archivo familiar

En dichas diligencias encontraron restos óseos y, por lo tanto, les dijeron que iban a realizar los respectivos estudios y análisis de ADN para identificar si correspondían a Byron, sin embargo, ya han paso varios meses y aún no se realizan.

“Ahora lo que nos dicen es que por la pandemia hay casos pendientes y que por eso no se pueden hacer las investigaciones rápido. Ahora que no tenemos agente no sabemos ni a quién acudir para saber cómo va el caso de mi hermano” dice Mayra.

Respecto a esta situación, Nandi Llanuca abogada que acompaña a la Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador  (Asfadec), señala que el Comité de la Organización de las Naciones Unidas contra la desaparición forzada en sus ‘Principios rectores para la búsqueda de personas desaparecidas’ (2019) establece que, “la búsqueda es una obligación permanente que debe realizarse sin dilaciones, con una estrategia integral, es decir que las actuaciones de búsqueda, una vez que se conozca de la desaparición, deben ser inmediatas, continuas y solo podrán terminar cuando se determine con certeza la suerte y/o paradero de la persona desaparecida”.

Además, la abogada menciona que  “la Fiscalía, órgano encargado de la investigación pre procesal, debe actuar con sujeción a los principios constitucionales”, así lo establece los artículos 194 y 195  de la Constitución. “Además es menester que los casos sean indagados bajo el  principio de  celeridad, que es la prontitud y continuidad en las actuaciones en el caso. Bajo estas consideraciones, el tardío actuar de la Fiscalía y la falta de designación de un nuevo agente fiscal del presente caso, pone en evidencia el incumplimiento de garantizar el derecho a la integridad de las víctimas directas, así como el derecho a la verdad de las víctimas indirectas de la desaparición”.

Los familiares de Byron señalan que las pocas acciones que se han realizado en torno al caso, la mayoría han presentado fallas y es por esa razón que ya han pasado dos años de su desaparición y aun no se tiene ni una pista de dónde puede estar.

La madre de Byron menciona que cuando su hijo la visitaba siempre le decía “qué hace mi mami” y se sentaba en su muslo como si aún fuera un niño. “Mi hijo siempre fue cariñoso con todos los miembros de la familia”. Otra expresión que caracterizaba a Byron era su risa, la cual podía ser escuchada a metros y siempre causaba una sonrisa a los que estaban cerca pues les resultaba bastante graciosa.

María junto a Víctor exigen respuestas y sobre todo anhelan que algún día puedan conocer qué ocurrió con Byron, el hijo de la risa peculiar, ya que la incertidumbre y el sufrimiento los está consumiendo poco a poco.

 

Foto principal: María Toapanta y Mayra Amagua, madre y hermana de Byron, exigen justicia y respuestas a las autoridades competentes. Foto: Dayana Sanmartin I / Asfadec

Autora

Dayana Sanmartin Iñiguez (Loja, 1994)

Comunicadora Social. Sus estudios universitarios los cursó en la  en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador. Actualmente está realizando el proceso de titulación. Forma parte del medio de comunicación digital Red Media Ecuador, el cual surgió en octubre de 2019.

Además, se ha desempeñado como creadora de contenido en varios proyectos e instituciones, entre ellos ´Una vuelta por Quito´ en la Radio Comunitaria XYZ.

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