Las pistas sobre el posible paradero de don Manuel Mero Anchundía llegan mediante las redes sociales o llamadas telefónicas. Cada pista es revisada por su hija menor María Mero que vive en la misma ciudad costera, donde su padre desapareció.Hoy, 8 de diciembre de 2021, se cumplen seis años de la desaparición de don Manuel.
En el 2014, a don Manuel Eugenio Mero Anchundía se le diagnóstico Alzheimer. Tenía en ese entonces, 70 años de edad, empezó a tomar la medicación y vivía con su esposa Elena Lucía Castro en el cantón El Empalme, provincia de Guayas, sur del territorio ecuatoriano.
Pero su salud se vio afectada por el fallecimiento de doña Lucía, que murió el 7 de marzo de 2015 cuando tenía 65 años de edad. Su familia quedó al pendiente de don Manuel, pero un día salió de casa y desapareció.
Era el 08 de diciembre de 2015. Ese día, don Manuel habría salido del recinto La Rita, cantón Empalme, provincia de Guayas. Medía 160 centímetros, contextura delgada, cabello canoso y ojos color negro, así lo recuerda María.
La denuncia fue presentada en el cantón El Empalme, pero la Policía ni la Fiscalía investigó de forma inmediata e incluso, en el 2019, la fiscal del caso llamó a María a preguntarle si la familia ha sabido algo del paradero de don Manuel.
Para María Mero, de 44 años e hija menor de don Manuel, la Policía no le toma importancia a los casos de personas desaparecidas, son las familias las que estamos buscándolas. “Se me parte el alma al no saber nada de mi papá. Nos preguntamos cada día, horas y minutos dónde está mi papá, en dónde se encuentra. Solo le pido a mi Dios que regrese a casa mi padre”.
María Mero siempre lleva consigo la foto de su padre y la denuncia de la desaparición. Acude a hospitales, morgues o calles donde alguien le comunica que posiblemente es su padre. Este recorrido a veces lo hace sola o con sus hermanos. Son ocho los hijos de don Manuel y doña Lucía. José es uno de sus hermanos que la acompaña a las casa de salud.
Un día le informaron que una persona con los rasgos de su padre estaba internada en el hospital de Quevedo. María viajó, pero cuando llegó al hombre lo habían dado de alta y tras averiguar encontró la dirección de la familia y lo visitó para verificar si era o no su padre. “Sentía que era mi padre, mis hermanos me decían que no. El señor murió y la familia habló conmigo y confirme que no era mi padre”.
Los hermanos Mero reciben llamadas o mensajes de amigos sobre posibles pistas de don Manuel, hasta ahora no han logrado dar con su paradero. Su búsqueda lo hacen sin apoyo de la Policía ni la Fiscalía porque “nunca contestan o no pueden”, dice con resignación María.
Ella asegura que seguirá buscando a su padre porque sabe que él está vivo en algún lugar y pide que las autoridades escuchen a los familiares de las personas desaparecidas. “Ellos no saben el dolor que uno siente, que no es fácil vivir con esta incertidumbre”.
En lo que va del año, solo de enero a agosto de 2021 se han registrado 5.208 denuncias de desaparición de personas a escala nacional. De ellas, el 55.6% son mujeres y el 44.4% hombres. De este universo, el 6% corresponden a personas de la tercera edad.
Foto de portada: María Mero en la ciudad de Guayaquil en la primera Caravana por las Personas Desaparecidas y Localizadas sin Vida en Ecuador, 2021. Foto: Asfadec