Miguel Enrique Vega Torres se encuentra desaparecido desde el lunes 8 de agosto del 2016, cuando salió de su casa en la ciudadela Marlene Nieto, del cantón Santa Rosa, provincia de El Oro.
Jaime Vega recuerda perfectamente ese día. Eran entre las 11:00 y 12:00, durante las vísperas de la celebración en honor a la Virgen del Cisne, cuando su padre Miguel salió y no regresó.
En ese entonces, Miguel Vega tenía 76 años. Vestía una camisa a rayas y un pantalón de tela. Mide 1,70 m., tiene ojos y cabello claro.
Jaime Vega tenía una buena relación con su padre; pero en los últimos años, la convivencia sufrió algunos cambios debido a que su padre fue diagnosticado con Alzheimer, una enfermedad progresiva que afecta la memoria y otras funciones mentales.
Había ocasiones en las que Miguel no reconocía a Jaime ni a sus demás hijos. Por tal motivo, tenían especial cuidado de que Miguel no saliera sin compañía.
Sin embargo, durante la semana previa a la festividad de la Virgen del Cisne, Miguel salió de casa sin que nadie se percatara.
Tras notar su ausencia, la familia acudió a la policía de Santa Rosa para solicitar que inicien la búsqueda de Miguel; mientras tanto, Jaime y sus hermanos buscaron en los alrededores, sin obtener resultados.
Cinco años después de la desaparición de su padre, Jaime asegura que las autoridades encargadas de la investigación no priorizaron la búsqueda y se conformaron con pedirle a la familia que espere, cada que la familia hace un pedido de celeridad.
“Acudimos a la Policía para pedir su ayuda. Luego fuimos a la Dinased, en Machala. Nos dieron el contacto de un policía para comunicarnos. El agente siempre nos decía que hay que esperar y esperar, pero nunca tuvimos resultados”.
Jaime Vega, hijo de Miguel
Los constantes cambios entre agentes y fiscales retrasaron aún más la investigación. Jaime no recuerda el número exacto de personas que estuvieron a cargo del caso, pero sí señala la falta de cooperación de las autoridades y los constantes pedidos de espera, que se mantienen hasta el día de hoy, 8 de agosto de 2021.
La familia de Miguel tampoco contó con apoyo para efectuar las búsquedas. “Viajábamos con nuestro dinero, con la ayuda de amigos cercanos”, explica Jaime.
La hipótesis que se manejó en el momento de la desaparición de Miguel fue que abordó un bus en dirección a Puerto Bolívar para acudir a la procesión, pues es común que las personas ofrezcan transporte al resto de personas, pero tras dirigirse al lugar, no encontraron indicios sobre su paradero.
Jaime lamenta no tener noticias de su padre y critica el accionar de los agentes en los casos de personas desaparecidas. Como familiar, exige que las diligencias se realicen en el momento exacto en que ocurre una desaparición, pues al dejar que transcurra el tiempo, solo generan que las familias se sientan abandonadas y la incertidumbre se apodere de ellos.
Foto principal: Miguel Vega desapareció hace cinco años en la ciudadela Marlene Nieto del cantón Santa Rosa. Sus familiares lamentan no saber qué ocurrió con Miguel. Fotografía: Archivo familiar