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Elizabeth Rodríguez en la marcha motorizada por los desaparecidos. |
Era un día muy radiante sábado 7 de Julio del 2012 , al parecer todo era normal, salimos a nuestros trabajos mi hija July y yo sin imaginarme que ese día me arrebataran a mi hija.
Eran aproximadamente las 9 de la mañana cuando nos despedimos en la avenida Mariscal Sucre y Ajavi en la gasolinera Primax de la Biloxi en el sur de Quito. Tan solo 5 cuadras tenía que caminar mi hija para llegar a su negocio. La sorpresa es que nunca llegó y la pregunta de todos los días ¿Qué le pasó en esas las 5 cuadras ‘. Sin duda tuvieron que haber personas desalmadas y sin escrúpulos que la desaparecieron privándola totalmente de su libertad, truncando le todos sus sueños y proyectos que mi hija Juliana en su tan corta edad tenía. Ahora son 2 años de profundo dolor, sufrimiento, vacío, incertidumbre e impotencia de no saber nada de mi hija, pero con la fe viva y la esperanza puesta en Dios que algún día muy cercano tocará la puerta y nuevamente la podré estrechar entre mis brazos, que Dios en su infinita misericordia me conceda ese milagro de poder volver a ver el rostro de mi hija July.
Hoy el dormitorio vacío pregunta ¿Cuándo volverá’ Y yo me paso el día contando los minutos esperando su regreso, en las largas noches frías cuando mi cuerpo trata de descansar mi alma sale a buscarla hasta por los más profundos lugares de la tierra y no puedo encontrarla y al amanecer lo único que quiero gritarle al mundo ¡Que devuelvan a mi hija! son 730 días y noches que mi mente no descansa y surgen miles de preguntas sin respuestas y hoy solo sé que mi July mi princesa mi niña adorada aun no ha regresado.
Seguiré en la incansable búsqueda y no descansaré hasta encontrarla y saber qué paso con mi niña. Ni la incertidumbre ni la impotencia me vencerán. Lucharé hasta los últimos días de mi vida para que me den una respuesta.