3.000 víctimas son indiferentes para el sistema estatal. Desconocidos son los motivos asociados con el fenómeno de desaparición de personas en el país. La socióloga Natalia Sierra asegura que es importante una política pública a corto, mediano y largo plazo para dar respuesta a esta situación; mientras que Alexandra Mantilla explica que es necesario la perfilación criminológica en estos casos.
Josué Villarroel, joven de 17 años, desapareció el 15 de diciembre de 2021 cerca del Centro Comercial El Recreo, sur de Quito. Hasta el momento, 21 de marzo de 2022, no hay indicios claros de su paradero.
Juliana Campoverde, joven de 19 años, desapareció en 2012 cuando se dirigía hacia su negocio, en el sur de Quito. Jonathan Carrillo, pastor religioso, fue condenado a 25 años de cárcel por el delito de secuestro extorsivo y muerte de Juliana; sin embargo, su cuerpo aún no es localizado. Doce fiscales han estado a cargo de su caso.
Leonor Ramírez desapareció el 29 de abril de 2011, en el centro histórico de Quito. Este año se cumplirán once años de su desaparición. Fue vista por última vez cuando tenía 73 años de edad y sufría de Alzheimer.
Álvaro Nazareno desapareció hace 11 años dentro de las instalaciones y el cuidado del personal de salud en el Hospital Eugenio Espejo de Quito. Él tuvo una recaída de salud producto de la enfermedad catastrófica que padecía. Su madre fue al laboratorio a dejar unas muestras, cuando regresó a los 10 minutos su hijo ya no estaba: desapareció.
María Beatriz Córdova fue víctima de muerte violenta. Desapareció en 2006 cuando debía regresar a casa, tras cumplir sus labores de recaudación en la Cámara de Comercio de Latacunga. Días después, entre el 23 y 25 de febrero del mismo año, sus restos humanos fueron encontrados en dos maletas de equipaje en Salcedo, Cotopaxi.
Gustavo Garzón Guzmán, escritor quiteño, desapareció la madrugada del 10 noviembre de 1990. Los responsables de su desaparición son los agentes del Estado. La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) emitió el 7 de octubre de 2021 la sentencia que declara responsable al Estado ecuatoriano por la desaparición forzada del escritor.
- Josué Villarruel
- Juliana Campoverde Rodríguez
- Leonor Ramírez
- Álvaro Nazareno
- María Beatriz Córdova
- Gustavo Garzón Guzmán
Estas son seis historias que retratan el dolor desgarrador de familias que nunca se imaginaron que sus seres queridos no volverían a a casa y que el Estado les arrebataría la verdad y justicia en las investigaciones de sus casos.
No era delito desaparecer en Ecuador
En Ecuador, la desaparición involuntaria de personas hasta el año 2019 no era considerada como un delito, sino que era un acto administrativo. La búsqueda de una persona que se encontraba desaparecida era igual que la búsqueda del extravío de vehículos.
Según el Estatuto Orgánico por Procesos de la Fiscalía General del Estado, las actuaciones administrativas son:
- Registros de revenidos químicos, remarcaciones; vehículos retenidos; desaparición de personas; muertes no delictivas, medios de comunicación; actos fiscales administrativos; otros servicios.
- Registros de laboratorio de ADN para clientes externos (pruebas de paternidad).
- Registros de Actos urgentes de Fiscalía de Delincuencia Organizada, Transnacional e Internacional.
Además, esto se ratifica en el “Manual de Procesos Operativos del Departamento de Atención Integral de la Fiscalía General” se estipulaba que la Unidad de Actuaciones Administrativas conocerá los siguientes casos: vehículos detenidos, revenidos químicos, desapariciones, medios de comunicación, actos administrativos fiscales, muertes no delictivas.
Aún así, ninguno de los dos cuerpos normativos establecía cuál era el procedimiento para búsqueda de personas desaparecidas.
Al ubicar las desapariciones de personas al mismo nivel del extravío de vehículos se viola el principio pro persona también conocido como pro homine, criterio hermenéutico que habilita e informa todo el derecho internacional cuando se trata de proteger derechos humanos reconocidos, así como el desarrollo pleno de las personas en la sociedad.
Pero este no era el único problema, también reportar la desaparición se volvía un camino difícil que en algunas ciudades del país se mantienen hasta ahora. Es decir, el personal de la Policía o Fiscalía exigía que la desaparición sea reportada después de las 48 a 72 horas.
Reportar la desaparición de forma inmediata
Actualmente no es necesario esperar 24 o 48 horas para presentar la denuncia de personas desaparecidas y las instituciones encargadas deben receptarla sin dilación alguna ni prejuicios morales de por medio.
Nathaly Farinango, del área jurídica de la Asociación de Familiares y Amigas de Personas Desaparecidas en Ecuador (Asfadec), aclara que las autoridades que forman parte del Sistema Nacional de Búsqueda de personas Desaparecidas y Extraviadas reconocen que las primeras 24 horas son indispensables para la búsqueda y localización de personas reportadas como desaparecidas.
Puntualiza en que esto también se estableció hace casi 10 años con la Resolución No 160-2012 del Consejo de la Judicatura del 8 de noviembre del 2012. En esta resolución se señala: “ la Policía Nacional al momento de tener conocimiento de la desaparición de una personas procederá sin dilación alguna a recabar datos para la búsqueda y localización”. Puedes leer aquí la resolución de 2012.

Maribel Angulo, madre de Álvaro Nazareno desaparecido en 2011, exige respuestas a la Fiscalía General del Estado. Foto: Ligia Yumi/Asfadec.
En el año 2020 se aprobó la Ley Orgánica de Actuación de Personas Desaparecidas y Extraviadas que garantiza una búsqueda inmediata. En su artículo 8 se garantiza: “la búsqueda especializada, inmediata, diligente, oportuna y permanente desde que se recibe el reporte, noticia o denuncia de la desaparición o extravío de una persona hasta su localización”.
Puedes leer la Ley Orgánica de Actuación de Personas Desaparecidas y Extraviadas en el Ecuador: aquí
Reportes de desaparición desde instituciones Estatales
- El Ministerio de Gobierno y la Fiscalía en su página web reportaron que de 1947 a 2019 se registraron 57.397 denuncias de desapariciones. De ellas, 1.392 aún se encuentran en investigación. Sin embargo, hay que recordar también que estos datos se obtuvieron de manera unificada, luego que Asfadec en 2018 denunció inconsistencias en los datos presentados por estas dos entidades en los periodos de 2015 -2017. Las inconsistencias se registraron en variables como edad, provincia y fecha.
- Para el año 2020, solo el Ministerio de Gobierno publicó las estadísticas de personas desaparecidas de forma pública y se manifiesta que existieron 6454 denuncias receptadas; de las cuales 227 casos aún sigue en investigación. De este universo, el 51,1% corresponde a mujeres y el 44% a niñas, niños y adolescentes. Las provincias de mayor índice de desaparición son: Guayas 24%, seguido de Pichincha con 22% y Esmeraldas con 7%. Personas reportadas desaparecidas y localizadas sin vida: 161.
- En el año 2021, de igual manera se obtuvieron datos de una institución. El Ministerio de Gobierno determina que en ese año existieron 7692 denuncias receptadas, de éstas 360 casos aún siguen en investigación, es decir, las personas no han sido localizadas (con vida o sin vida). De este universo, el 53,1% corresponde a mujeres y el 50% corresponde a niñas, niños y adolescentes. Las provincias de mayor índice de desaparición son: Guayas 24%, Pichincha 21%, Manabí 8%. En este año las personas que fallecieron producto de la desaparición asciende de 161 en el año 2020 a 203 en el año 2021.
- Finalmente, de enero de 2022 a noviembre de 2022 se registraron 6827 denuncias de desaparición de personas. De ellas 553 personas aún se encuentran desaparecidas, según datos del Ministerio de Gobierno de Ecuador.

Maria Eugenia Basantes, madre de Alexander Romo (desaparecido) y Juan Villarruel, padre de Josué Villarroel (desaparecido) en un plantón realizado en la Plaza de la Independencia. Foto: Ligia Yumi/ ASFADEC
Con este análisis de datos históricos y actuales proporciona dos por las instituciones estatales se puede deducir que en Ecuador existen cerca de 2066 personas desaparecidas que no han sido localizadasn a la actualidad y que la gran mayoría de estos casos se encuentran aún en investigación previa.
¿Hay una crisis social ecuatoriana?
Para Natalia Sierra, doctora en Sociología, la sociedad ecuatoriana está atravesando un deterioro de los acuerdos sociales, signo de una crisis sistémica y crisis civilizatoria en términos globales. Este deterioro de la vida social muestra un aumento de la violencia en todo sentido.

Dra. Natalia Sierra. Socióloga. Foto: Captura de pantalla de entrevista.
«Cuando los acuerdos sociales funcionan bien, se dan acuerdos de pacificación tanto a nivel de la sociedad que esta ligado a un proceso socio genético como psicogenético; pero cuando se debilita hay un aparecimiento de la violencia».
Natalia Sierra, socióloga y docente.
Es decir, que la violencia horizontal que vivimos en la cotidianeidad tiene que ver con la violencia que viene desde del poder, desde el aparataje estatal. Por ejemplo, Sierra señala que hay menos fortalecimiento de los códigos con los cuales nos relacionamos y en ellos el poder se vuelve más violento para controlar. Los Estados se vuelven más violentos en el ejercicio de su gubernamentabilidad y también la violencia es autoreferida, que es donde el ser humano se inflige a si mismo como en la adicción a las drogas, los aumentos de suicidios, entre otras.
Posibles causas de desaparición de una persona
Según Natalia Sierra, la desaparición de una persona se podría vincula a diferentes aristas como:
- Violencia intrafamiliar que puede llevar a la gente a huir, sin dejar rastro por miedo.
- Problemas de deterioro psíquico, ligado a la depresión, angustia, ansiedad, consumo de drogas
- Bandas criminales que están avanzando y que se dedican al tráfico de personas para explotación sexual y para trata de órganos que buscan atacar a poblaciones muy empobrecidas o a poblaciones en contexto de movilidad.
Esta última causa no es reconocida por el Estado ecuatoriano, que en sus reportes solo señala que las desapariciones son involuntarias. Frente a ello, Alexandra Mantilla, perita en criminología y perfilación criminal en México, señala que es importante emplear la técnica de perfilación criminal en casos de personas desaparecidas para seguir sus rastros a través de la escena.
Delitos conexos a la desaparición de personas en Ecuador
La desaparición de personas no es un fenómeno que termina solo con este acto, sino que tiene muchos delitos conexos como la trata de personas, el homicidio, el femicidio, el secuestro, el narcotráfico, la delincuencia y esto desnuda otros grandes fenómenos sociales como el empobrecimiento, la violencia, la migración.
Alexandra Mantilla es la primera perfiladora criminal del Ecuador en el año 2014. Su formación la tiene del Colegio Mexicano de Ciencias Forenses lo que le ha permitido trabajar en Ecuador y México. La experta comenta que el Estado debe implementar políticas públicas transdisciplinarias para dar respuesta a esta problemática social. Esto a partir de mesas de diálogo con todos los actores sociales involucrados para establecer estrategias de trabajo, de acuerdo a cada realidad existente.
La mafia es la organización que se dedica a varias acciones delictivas, en la cual su negocio principal es la trata de personas, sobre todo la esclavitud de niñas, niños y adolescentes. «Cuando se trata de desaparecer a una persona, cuando se trata de esclavizar. Las mafias atacan a poblaciones empobrecidas o poblaciones de inmigración».
Técnica de perfilación criminal en personas desaparecidas
La perfilación criminal es una técnica que se deriva de la criminología y que existe en dos áreas de trabajo, explica Mantilla. Por un lado, se utiliza un método de perfilación cuando se trata de crímenes violentos, crímenes sexuales o en temas en los que sí hay un cuerpo del delito. Por otra parte existe la línea de trabajo con las personas desaparecidas en estos casos no se cuenta con el cuerpo de la víctima, lo cual genera que se debe seguir el rastro a través de la escena.

Alexandra Mantilla, doctora en Criminología especializada en el Colegio de Ciencias Forenses de México. Foto: captura de pantalla.
La técnica de perfiles es una herramienta útil para atacar a las redes de tratantes y lograr su captura y por supuesto para la liberación y el tratamiento de las víctimas, dice Mantilla. En el caso de las personas desaparecidas es muy importante determinar tres puntos de partida para el desarrollo de la investigación:
- Entorno familiar
- Lugar de último avistamiento
- Lugar de trabajo o estudio
Estos tres entornos permitirían determinar a los investigadores por dónde buscar. Si una persona desaparece en las primeras horas e incluso en el primer mes, la técnica de perfilación criminal es efectiva en un 99% más que en un caso de una persona que lleva varios años desaparecida, en la que no se ha aplicado una buena técnica de perfilación, ni de reconstrucción de los hechos.
«Las primeras 48 horas son vitales para que la persona aparezca o no, se tiene que seguir inmediatamente ese rastro, en cambio cuando una persona lleva desaparecida por años hay que seguir el rastro por lo menos seis meses antes en la vida de la persona desaparecida».
Alexandra Mantilla, experta en perfilación criminal
En los denominados casos fríos, que son de 10 o más años de desaparición, lo que se tiene que hacer es una reconstrucción de la vida de la persona desaparecida en todos sus entornos, familiar, social, laboral o educativo, seis meses antes de que suceda la desaparición, explica la especialista en criminología. El tiempo transcurrido es el principal factor que no permite una investigación eficaz. «El tiempo es el principal enemigo de quien hace investigación, en el caso de desaparecidos ´casos fríos´ como se les denomina es complicado, no imposible, pero sí, muy complicado. El tiempo es nuestro peor enemigo», enfatiza
Es por esto que si los agentes de policía o los peritos tienen un caso designado tienen que trabajar incesantemente desde el día uno. “Si tenemos un caso hoy, así tenga más casos a mi cargo, si la persona se perdió hoy en la mañana, pues yo hoy no duermo” con el fin de localizarla, dice Mantilla.
Las primeras horas de búsqueda son vitales para poder resolver o no un caso, esto puede ayudar a localizar al victimario, a un agresor sexual o a un asesino serial. Sin embargo, la perfilación criminal no es una constante en todos los casos de personas desaparecidas en Ecuador.
Esto, a criterio de Mantilla, sucede porque no existe suficiente personal. En el país existen actualmente seis peritos que manejan la técnica criminal desde la perspectiva psicológica no desde la criminológica, esta limitación afecta la implementación de la técnica.
“El investigador que está llevando a cabo la investigación de tres casos de hace 8, 10 y 20 años resulta que está con cinco o seis casos de hace dos, tres, cuatro, seis días. Humanamente es imposible porque mientras trata de avanzar en uno, le caen dos o tres casos más”.
Alexandra Mantilla, experta en perfilación criminal
¿Cómo sería una política pública efectiva?
Para dar respuesta a este fenómeno social, las expertas proponen varias alternativas. La socióloga Natalia Sierra comenta que debe haber una política pública que responda de forma inmediata, mediata y a largo plazo. Por ejemplo:
- Primero, que haya un sistema de alertas que se active de manera inmediata cuando se reporta la desaparición de una persona.
- Segundo, diagnosticar cuáles son las causas y el contexto de la desaparición, con la intención de poder incidir en casos de violencia intrafamiliar, adicciones, detectar mafias.
- Tercero, detectar la problemática de las inequidades y el empobrecimiento de la sociedad a nivel estructural, no solo económico, sino cultural como la falta de trabajo, de expectativas, de oportunidades, de vivienda, de educación, entre otras.
Alexandra Mantilla coincide con este criterio, pero agrega que es necesario una política pública enfocada a la prevención criminal para conocer el por qué, para qué y cómo desaparece una persona. «Una política de prevención criminal en la cual no solo este la institución estatal, sino todos los actores involucrados como organizaciones de derechos humanos, víctimas indirectas, incluso incluir la perspectiva del victimario. Para vencer al enemigo tengo que conocerlo».
La importancia de la organización social
La búsqueda de las personas desaparecidas en un camino largo que no solo compete a las familias, sino a la sociedad en general. Natalia Sierra dice que si una persona está en problemas es una advertencia, pero si este tema se masifica es un problema público. «El aparato estatal tiene que garantizar los derechos de la sociedad, pero esto no se materializa (…). Los gobiernos replicados en autoridades y funcionarios responden a un imaginario social instaurado de prejuicios morales deteriorando las investigaciones en casos de personas desaparecidas».

Familiares de personas desaparecidas y localizadas sin vida se organizan y protestas en cada marcha que acuden. Este 8 de marzo recorrieron las calles de Quito por el Día Internacional de la Mujer. Foto: Ligia Yumi/Asfadec
Para las autoridades y la sociedad es más tranquilo pensar que alguien desapareció porque se fue con su novia o novio, que ha de tener algún problema de adicción de drogas, que asumir que este hecho puede estar vinculado a un delito, dice Sierra. Para hacer frente a esta situación propone que debe haber sistemas de protección o redes de cuidado en los espacios públicos y privados. Así como movilización de la sociedad, que a su criterio no es solamente estar en la calle; sino también es organizarse y pensar en el problema.
«Deberíamos empezar a generar redes de solidaridad entre los seres, hombres y mujeres ante tantas amenazas»
Natalia Sierra, socióloga
Asegura que nos falta politizarnos como sociedad, la politización no tiene que ver con que voy a lanzarme a la candidatura en elecciones de un Estado corrupto; sino tiene que ver con que nosotros podamos dar respuestas autónomas a la situación que vivimos.